Al profeta se lo comisionó para que predicara contra la ciudad a causa de su gran pecado y corrupción. (Para una expresión similar de pecado, véase Génesis 18:21; respecto a la fraseología, véase 1 Samuel 5:12.) Dios le mandó a Jonás que fuera allá; pero el profeta era de opinión contraria y huyó hacia Tarsis. Los profetas no eran simples máquinas; podían resistirse a la voluntad de Dios. Sin embargo, éste es el único caso registrado en que un profeta se negó a llevar a cabo su misión. Nínive se
Page 149